viernes, 27 de febrero de 2009

Critica Hector Puyo-Diario Accion

EL TIEMPO Y LOS CONWAY J. B. Priestley

Afortunada incursión en el universo del autor inglés J. B. Priestley (1894-1984) por un elenco juvenil que, comandado por Mariano Dossena, revive la historia de una familia burguesa en la campiña de Inglaterra entre 1919 y 1939. Amores, fidelidades e hipocresías se conjugan y entretejen entre el jolgorio de los entretenimientos sociales y el deterioro de aquellos sentimientos. La virtud de Priestley, un hombre preocupado por el tema tiempo/espacio y de perfil progresista, es alterar el orden de los acontecimientos –con alguna influencia de su preciado J.W. Dunne, el de Un experimento con el tiempo, y con un aroma que lo acerca a Pirandello– para que el espectador conozca de antemano lo que los personajes no. Esa suspensión de una convención escénica da al relato un atractivo especial, que el grupo aprovecha para no pocos lucimientos. Además del vestuario y la escenografía, vale el desempeño del sector femenino, por lo general notable –con aciertos notorios en Mecha Uriburu, Mariela Rojzman y Diana Kamen– y entre los hombres lo más destacable está en León Bara y, sobre todo en Luis Gritti. (CCC Floreal Gorini, domingos a las 20.30). Héctor Puyo

viernes, 20 de febrero de 2009

El teatro de j.b. priestley regresa a los escenarios porteños-Nota Agencia Telam

Buenos Aires, 2 de febrero (Télam).- El director Mariano Dossena es responsables de la versión de "El tiempo y los Comway", de J.B. Priestley, que con traducción de Jaime Arrambide se ofrece en el porteño Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543), domingos a las 20.30.
John Boyton Priestley (1894-1984) fue un dramaturgo británico muy visitado por los elencos argentinos hace medio siglo a través de piezas como "Esquina peligrosa", "Yo estuve aquí una vez" y "El árbol de los Linden", todas con juegos sobre el tiempo.
"Esta es una obra que me acompaña desde mi adolescencia -dijo Dossena (33 años) en declaraciones a Télam-, una de las primeras que leí cuando empecé a desarrollar mi interés por el teatro; me quedó un sabor sorprendente, fue determinante."
Dossena dicta clases de actuación en el Colegio Nacional de Buenos Aires, "donde hacemos obras clásicas; y cuando me reencontré con esta pieza me dije por qué no hacerla con actores profesionales...".
"Yo, como director joven, me siento un poco como bicho raro dentro de mi generación -apuntó-, tengo algo distinto, me gusta mucho el teatro de repertorio, de texto, piezas de Tennesee Williams, Lorca, mi favorito..."
Dossena reivindicó "esos aromas", "que creo que están entroncados con lo que está pasando ahora, lo que están haciendo los nuevos dramaturgos; creo que son autores que hay que revisar para entender mejor el presente", dictaminó.
Señaló que normalmente no se aprecian obras de ese estilo en los teatros no comerciales: "Se ven en los oficiales, el San Martín o el Cervantes, pero en el teatro independiente es muy difícil abordarlas".
"Eso por problemas de estructuras de producción, de tiempos de los actores -apuntó-, nosotros tuvimos suerte tanto con el elenco como con la estructura que usé, porque medianamente pudimos salir adelante y la propuesta es muy digna visualmente."
La pieza es compleja porque abarca dos épocas, 1920 y 1940, separadas entre sí, "de modo que el trabajo de vestuario y escenografía es muy intenso, porque son dos épocas muy distintas y los actores atraviesan dos edades: 20 años atrás y 20 hacia adelante".
"Es una obra muy disfrutable para actuarla y para dirigir también, muy compleja para sostener: es una obra de tres actos que serán representados en su orden aunque sin intervalo, con algunas podas lógicas y una actualización del lenguaje", apuntó.
Y agregó que tampoco los cortes fueron tantos "porque el texto es tan interesante y rico, así que hubo que 'podar' con mucho cuidado" para no debilitar los cambios en el tiempo, que son la clave principal.
Dossena lamentó que muchos teatros actuales no tengan telón de boca: "Yo recuerdo cuando mi padre me llevaba al teatro e imaginar qué iba a pasar después que se corriera el telón es algo que también se ha perdido porque ahora las salas también son distintas", comentó.
"Ahora las salas se inclinan hacia lo cotidiano, se alejan de la vieja herradura a la italiana y tienen a ser más 'espacios', abiertos y multifuncionales, que hace que aquella ilusión teatral esté un poco olvidada", sintetizó el director.
El elenco de "El tiempo y los Conway" está integrado por Victoria Arderius, León Bara, Hernán Bergstein, Luis Gritti, Diana Kamen, Gabriel Kipen, Margarita Lorenzo, Mariela Rojzman, Alcira Serna y Mecha Uriburu.
En tanto, el vestuario es de Julieta Fernández Di Meo y Nicolás Nanni, la escenografía de Nanni, las luces de Pedro Zambrelli y la música de Diego Lozano.(Télam).-
hp-sa-jag
Telam.com.ar

jueves, 19 de febrero de 2009

Los Conway agotan otro domingo mas!!!



Podes ir sacando tu entrada para el Domingo 1° de Marzo, pero apurate que se agotan!

Avda Corrientes 1543

Critica Lucho Bordergaray-Web Montaje Decadente

Link a la nota: http://montajedecadente.blogspot.com/2009/02/teatro-el-tiempo-y-los-conway-de-john.html

teatro // El tiempo y los Conway, de John Boynton Priestley, según Mariano Dossena
La Gran Guerra –esa que después fue bautizada como Primera Guerra Mundial– estaba llegando a su fin. Los horrores vistos y padecidos a lo largo de esos cuatro años imponían la necesidad de creer en la inmediata llegada de tiempos de paz y de progreso. Buenos deseos con poco o ningún asidero.La vida familiar de entonces estaba atravesada por lo que esa realidad generaba: el fin de la angustia y de la incertidumbre, el regreso de los varones que fueron al frente, el encaminarse a un futuro venturoso y de bonanza sin límites. En ese clima están los Conway cuando entramos en su casa. Es la fiesta por los 21 años de Kay, quien aspira ser escritora y, de alguna manera, parece ser quien enfoca este relato de su vida hogareña. La acompañan sus tres hermanas: la inocente y pequeña Carol, la bella –y muy confiada en su belleza– Hazel, y Madge, la mayor, maestra y socialista militante. También está la madre, una viuda que coquetea discretamente con los ajenos y distribuye arbitrariamente roles entre los propios. Faltan los hijos varones: Alan, un bonachón que tolera ser ensombrecido –si no humillado– por su madre, y Robin, el mimado de mamá que sólo brilla por la permanente y zalamera mirada de ésta. Y de quienes participan de la fiesta conoceremos a Joan, una señorita casi tonta de tan sencilla, a Gerald, un pretensioso pueblerino, y Ernest, oscuro y torpe amigo del anterior.El segundo acto nos lleva al mismo día, pero de 1937. Los Conway se reúnen en la casa materna ya no para festejar el cumpleaños de Kay, sino para buscar solución a la crisis financiera a la que han llevado los caprichos y las preferencias de la madre. El panorama es bastante desolador: nada queda del optimismo que les vimos en 1918. Todo indica que pronto habrá una nueva guerra. Todo indica que los sueños dieron paso a pesadillas. Pero el tercer acto nos devuelve a aquella luminosa noche inicial, como si en realidad se le hubiese permitido a Kay asomarse al futuro y ver las duras consecuencias de las decisiones desacertadas que toman sus familiares movidos por aquella simplona y eufórica esperanza.En su película Irreversible (2002), Gaspar Noé termina/inicia su relato con una tesis: “El tiempo lo arruina todo”. Sesenta y cinco años antes, Priestley comprobaba algo similar, pero como entonces no se había inventado la comodidad intelectual de la posmodernidad, no le achaca los males al paso del tiempo, pues los sabe y los asume como consecuencias de las elecciones y a las acciones de las personas, que se viven y yerran en el tiempo. Por esto es tan valioso volver a El tiempo y los Conway: no solo por su valor estético, su bello texto (en este caso, cuidado por la traducción de Jaime Arrambide), su fuerte y detallado entramado, sino también por devolvernos a un mundo de responsabilidades, donde las acciones y las decisiones tienen consecuencias. Donde, digámoslo, los seres humanos tienen la oportunidad de ser adultos. Elección, por tanto, valiosa y valiente la del director, Mariano Dossena, al proponerse hoy decir esto, cuando la peor plaga y la que más rápido contagia es el síndrome de Peter Pan, que no siempre incluye retoques faciales, pero sí o sí desemboca en el limbo ético de una irresponsabilidad falsificada.Suma este trabajo la honestidad desde la que fue encarado, el respeto con que se trata al texto, el adecuado vestuario de Julieta Fernández Di Meo y Nicolás Nanni, así como la escenografía sencilla pero suficiente de este último. De las heterogéneas actuaciones se destacan las de Alcira Serna como Magde, Diana Kamen como Joan y Luis Gritti como Alan.A los aciertos de Mariano Dossena hay que agregarle el uso de un espacio escénico reducido en el que supo disponer los movimientos del nutrido elenco.Encontrá la ficha artística y técnica y la información de las funciones de El tiempo y los Conway en este link a Alternativa Teatral

viernes, 13 de febrero de 2009

No hay mas localidades! Domingo 15 de Febrero


Podes sacar tus entradas para el Domingo 22 de Febrero
Boleteria: 5077-8077

sábado, 7 de febrero de 2009

Localidades Agotadas para el Domingo 7 de febrero


Ya estan en venta las localidades para el Domingo 14 de febrero
Boleteria 5077-8077

Critica Buenos Aires Herald


domingo, 1 de febrero de 2009

Localidades Agotadas para el domingo 1° de Febrero



Ya estan en venta las entradas para el domingo 8 de Febrero!!!!